Puente Miodural

Puente Miodural

Desde los años 92 (Kahn et al, 1992) y 95 (Hack et al, 1995) se viene hablando de la existencia de una estructura, que hasta el momento no se refleja en los libros de anatomía, que es lo que se ha venido denominando “Puente Miodural”; como referentes de estos estudios podemos citar un gran número de autores que sin lugar a dudas establecen esta relación de la duramadre con algunos de los músculos suboccipitales.
Empezamos destacando un estudio publicado recientemente (Palomeque et al, 2017) donde se realiza una revisión sistemática con el objetivo de dilucidar la existencia de conexiones de tejidos blandos entre los músculos del cuello y la duramadre cervical y en cuya conclusión se pone de manifiesto la existencia de esa unión y se plantea que esta afirmación podría tener implicaciones fisiológicas, fisiopatológicas y terapéuticas.


Empezamos destacando un estudio publicado recientemente (Palomeque et al, 2017) donde se realiza una revisión sistemática con el objetivo de dilucidar la existencia de conexiones de tejidos blandos entre los músculos del cuello y la duramadre cervical y en cuya conclusión se pone de manifiesto la existencia de esa unión y se plantea que esta afirmación podría tener implicaciones fisiológicas, fisiopatológicas y terapéuticas.

Conexión miodural de la fascia anterior del recto posterior mayor y del
oblicuo inferior a la duramadre cervical.
(Pontell et al, 2013)

Citar también a diferentes autores que han contribuido con su trabajo a establecer estas relaciones como son, por ejemplo Humphreys (Humphreys et al, 2003) que mediante RMN establece relaciones entre las citadas estructuras, que considera pueden jugar un papel en el dolor de cuello, Scali (Scali et al, 2011; Scali et al, 2013), también mediante el estudio con RMN establece conexiones y en trabajos conjuntos con Pontell (Pontell et al, 2013) establecen una relación mediante estudios de disección, no sólo con el músculo recto menor (con el que ya estaba bastante descrita su relación) sino también con el músculo oblicuo inferior de la cabeza y también establecen hipótesis en cuanto a la relación con diferentes patologías como son el dolor de cuello o el dolor de cabeza.


Destacar también el trabajo de Zumpano (Zumpano, 2006) que habla de dicha conexión y establece una diferenciación en los tejidos que componen esta unión y los diferencia en tendón, músculo y fascia así como la descripción de relaciones específicas para la membrana atlooccipital.


Otros muchos autores han realizado a su vez diferentes estudios relacionando esta estructura anatómica destacando el papel de la misma en diferentes patologías como el dolor de cuello crónico, las cefaleas cervicogénicas y su relación refleja con la musculatura del cuello y la mandíbula. Por ejemplo, Mc Partland (Mac Partland et al, 1997), relaciona atrofias a nivel del músculo recto posterior con una falta de inhibición propioceptiva, la cual puede estar relacionada con la perpetuación del dolor y diferentes alteraciones del equilibrio.
En cuanto a la función del Puente Miodural son diferentes las hipótesis que se plantean como, por ejemplo, prevenir la invaginación de la duramadre durante los movimientos de extensión de cabeza y cuello (Hacket al, 1995) o los que le confieren un papel activo en el bombeo de líquido céfalo raquídeo (LCR) a ese nivel. (Yousry et al, 2001 Zhang & Lee, 2002; Xu et al, 2016; Zheng et al, 2014).


“Como conclusión siempre que estemos actuando sobre esta región en nuestros pacientes tengamos bien presente la existencia de esta estructura y sus posibles relaciones con la patología que estemos tratando”.

 

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