A lo largo del día utilizamos constantemente nuestra articulación temporomandibular (ATM). Esta se sitúa a ambos lados de la mandíbula. Es la que nos hace posible abrir y cerrar la boca, al actuar como una bisagra que conecta la mandíbula al cráneo. De hecho, esta articulación es una de las más utilizadas, ya que se usa al masticar, hablar, tragar, reír o bostezar, entre otras muchas acciones, pero no deberíamos de sentir dolor en la mandíbula o ATM.
Concretamente, hay una articulación temporomandibular en cada lado de la mandíbula.
Ambas actúan de forma sincronizada permitiendo movimientos de descenso y de elevación, así como desplazamientos anteriores, posteriores y laterales de la mandíbula.
Síntomas sobre los que estar atentos
Los síntomas de trastorno en la ATM son: dolor o sensibilidad en la mandíbula, dolor en una o en las dos ATM, dolor dentro de oído, dificultad al masticar, dolor facial, dificultando abrir o cerrar la boca.
Pero, aparte, los trastornos de la ATM también pueden provocar un chasquido o una sensación chirriante al abrir la boca, también al masticar. A veces estos síntomas pueden iniciarse tras una lesión, si bien en otras ocasiones pueden aparecer sin razón aparente.
Evitar que se cronifique el dolor
Con frecuencia resulta difícil determinar la causa exacta del trastorno, ya que se puede deber a una combinación de factores como artritis, lesión mandibular o causas genéticas.
Algunas personas tienen tendencia a apretar o rechinar los dientes, lo que se conoce como bruxismo, aunque no todas las personas con este problema pueden presentar un trastorno de estas características.
Con ello, es importante evitar la cronificación del dolor. Este no debe superar los 6 meses de evolución y se debe tratar la fase aguda del dolor, independientemente de la causa que lo provoque.
A la hora de diagnosticar un trastorno en la ATM, el especialista en Maxilofacial o el dentista previsiblemente escucharán tu articulación al abrirla o cerrarla, podrán presionar varias zonas de la misma, podrán realizar radiografías dentales, así como TAC para facilitar imágenes más detalladas de la zona, o incluso otras pruebas de imagen si fuera necesario.
Aliviar el dolor, el primer paso
Así, el dolor o malestar en la mayor parte de los casos logra aliviarse con atención autocontrolada o a través de tratamientos no quirúrgicos.
En algunas ocasiones los síntomas desaparecen sin tratamiento, si bien si los síntomas persisten se recomienda siempre consultar con un especialista.
La fisioterapia, con la que fortalecer o estirar los músculos de la mandíbula es de gran ayuda, de la misma manera que aplicar INYBI para relajar la tensión que estos chasquidos crean en la ATM.
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