Un exquisito equilibrio corporal mejora la función del aparato locomotor y optimiza su esfuerzo. Esto puede significar una mejor marca si hablamos de la actividad deportiva.
Una de las características principales de la musculatura suboccipital corresponde a la alta densidad de husos neuromusculares presentes, principalmente en el músculo recto posterior menor de la cabeza, lo que le confiere un papel fundamental en el control propioceptivo de la cabeza con el fin de orientar los órganos de los sentidos.
La musculatura suboccipital presenta 3,76 veces más husos musculares por gramo de tejido que sus homólogos grandes como el esplenio y el semiespinoso. Estos hallazgos, indican que los músculos rectos posteriores mayor y menor de la cabeza actúan como “monitores propioceptivos de la columna cervical superior”.
Resultados de estudios
Los resultados de estudios sugieren que el receptor responsable del sentido de la posición de la articulación es el huso muscular y que los receptores articulares de la columna cervical complementan a éstos. Es el sistema vestibular el encargado de proporcionar información acerca de la posición de la cabeza en el espacio. Por tanto, para el buen control del movimiento y de la postura son necesarios mecanismos de feedback.
Conclusiones
Además, la atrofia y la tensión de la musculatura suboccipital, la irritación meníngea y la facilitación de impulsos nociceptivos al núcleo espinal del trigémino, podrían verse implicados en la perpetuación o causa de patologías como cefalea tensional, cefalea cervicogénica, migraña e incluso trastornos orofaciales.
Por todo ello, podemos concluir que la musculatura suboccipital juega un papel importante en la propiocepción y la posturología. La atrofia muscular de ésta puede ser la responsable, no sólo de alteraciones en el equilibrio y en la postura, sino de una menor inhibición del procesamiento del dolor.
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